Oscar Godoy tiene 57 años y reconoce que ahora es un hombre nuevo. Este chileno asegura que venir a Cuba a tratarse de una adicción, hizo que se replanteara su vida y aprendiera formas diferentes de enfrentarla.
“Yo venía con una autoestima muy baja, con un duelo no resuelto que me llevó a cometer errores, a tener mucha ansiedad y a comportarme mal. También a padecer cansancio y estrés laboral, pues trabajo con pacientes con adicción. Eso hizo que comenzara a buscar en Internet un lugar donde tratarme”, manifiesta.
En la página web de la Comercializadora de Servicios Médicos Cubanos, S. A., Oscar descubrió el Programa para el Tratamiento de las Adicciones en la Isla antillana y empezó a recabar información.
“Buscaba una clínica que tuviese régimen cerrado y las condiciones necesarias: tranquilidad en un entorno natural y que contase con profesionales, porque yo necesitaba mucho de ayuda psicológica. Asimismo, que tratara mis otros temas de salud, pues soy diabético y quería un lugar que me pudiera controlar y atender como debe ser”.
Oscar Godoy cuenta que llegó a La Habana en la madrugada del 28 de agosto de 2023 y que fue recibido por una doctora que lo trasladó, en un vehículo de la empresa, hacia el Centro Internacional de Salud La Pradera, donde pasó la primera noche.
“Después fui llevado a un centro maravilloso en la ciudad de Holguín: El Quinqué. Es un lugar amplio, con áreas verdes, habitaciones privadas, un restaurante con comidas muy buenas y saludables, y un equipo médico compuesto por psiquiatras, psicólogas, asistentes sociales, profesores de educación física, de relajación y de yoga. Muy completo y con todas las comodidades.
“Inmediatamente, comencé a trabajar mis temas emocionales, mi conducta y hábitos. Tuve ayuda psicológica dos veces a la semana, incluso me ofrecieron más días si los necesitaba.
“En estos momentos puedo decir que soy una persona nueva; que recobró la salud y el amor propio y por la vida. La adicción provoca muchas heridas y dolores, y este programa hace que uno se entregue y abra su corazón para poder sanar”.
“Pasamos una etapa de desintoxicación y una de deshabituación, donde el paciente permanece ingresado. La primera es cuando la persona ha terminado de consumir y viene a un proceso de liberarse del uso de esa sustancia.
“Es un momento donde predominan los síntomas de abstinencia como la ansiedad o el trastorno del sueño. Nosotros debemos lograr que el paciente se libre de ellos y lo hacemos con un apoyo terapéutico y también farmacológico, si es necesario”, señala la especialista.
“La deshabituación significa modificar estilos de vida y formas de afrontar las situaciones cotidianas. Las personas con estas patologías presentan un patrón de conducta adictiva en muchas esferas y tienen que cambiarlo. No es solo dejar de consumir, sino que mantengan el no consumo de estas sustancias. Por eso trabajamos de forma paulatina y progresiva porque es un proceso de reaprendizaje”.
¿Qué caracteriza el tratamiento que se brinda en Cuba? La máster Lourdes Hernández refiere que es el abordaje integral, a través de un grupo multidisciplinario.
“Ese equipo está compuesto por especialistas en Medicina interna, Psiquiatría, Psicología; en Fisiatría o rehabilitación, Enfermería, Nutrición, y otras especialidades, de acuerdo con las necesidades del paciente.
“Combinamos la terapia física, rehabilitadora con la psicoterapéutica (individual y grupal). La persona desde que ingresa al centro cumple con un programa de actividades que le va a ayudar a modificar los patrones de conducta o de comportamiento que puedan ser riesgosos. El paciente va a reaprender cómo comportarse en el escenario real”.
Oscar asegura que jamás va a olvidar la experiencia vivida en Cuba. “Me voy con un grado de tristeza porque no voy a volver a ver a mis terapeutas, pero también esto es parte de mi independencia. Voy a caminar por mí mismo con todas las herramientas que me enseñaron.
“Este tiempo en Cuba me sirvió para capacitarme y aprender sobre la enfermedad y sobre mí. Realmente recomiendo los servicios médicos cubanos y su programa para el tratamiento de las adicciones”.
Por Yanel Blanco Miranda
Tomado de la Revista Destino Salud