En un encuentro posible con el bienestar, sería ideal que los diabéticos en su actividad cotidiana se garantizaran un aporte nutricional equilibrado y sano, acompañado de sesiones sistemáticas de ejercicios físicos.
Un adecuado programa de prevención, bien establecido sobre la base del control metabólico a largo plazo y hábitos de vida saludables, les proporciona notables beneficios, en opinión del doctor Alejandro Hernández Seara, director del Instituto Nacional de Angiología y Cirugía Vascular (INACV).
Pero si el día a día transcurre de otra manera, la vida de estas personas puede cambiar, sobre todo cuando aparece alguna lesión como la úlcera en el pie provocada por la enfermedad.
Esta consecuencia la experimentaban hace casi 25 años, aquellas 29 personas diabéticas que recibieron el primer tratamiento con Heberprot-P©, en este Instituto de la capital cubana.
Afortunadamente, ese proceder resultó efectivo mediante un protocolo a cargo del doctor José Ignacio Fernández Montequín, entonces director de la institución, y del profesor Jorge Berlanga, científico descubridor de la reconocida fórmula inyectable.
«A partir de ese momento, año 1999, el medicamento ha pasado todas las fases de ensayo clínico establecidas y hoy se usa en más de 26 países con patente cubana», confirmó Hernández Seara.
Este producto netamente cubano «ha venido a abrir una esperanza en la salvación de extremidades inferiores de muchas personas con diabetes mellitus», afirmó el especialista.
Explicó el doctor que entre el 30 % y el 40 % de los diabéticos, en algún momento de sus vidas, pueden sufrir lesiones en uno de sus pies o en ambos, por ser vulnerables a los procesos que se conocen como pie diabético que interrelacionan lesiones vasculares, neurológicas y de infección.
Por eso han tenido trascendencia las garantías que ofrece la aplicación del Heberprot-P©. Según el director del Instituto, disminuye las probabilidades de infección y traumas, y permite a las personas incorporarse más rápidamente a la actividad social, ya que al inyectar el producto directamente en las lesiones favorece la pronta regeneración de los tejidos y la cicatrización más rápida que mediante otros tratamientos.
En ese campo, el INACV ha obtenido resultados positivos que estimularon la extensión de los servicios al ámbito internacional, sustentados también en la experiencia de los especialistas y su elevada profesionalidad. Además del respaldo tecnológico y la disponibilidad de medios diagnósticos, unidad quirúrgica y modernas tecnologías de cirugía vascular y endovascular.
Saberes y mejorías
Quienes desde otros países requieren atención médica vinculada a esta especialidad de la medicina pueden solicitar los servicios del Instituto de Angiología y Cirugía Vascular, cuya sede se ubica dentro del Hospital Clínico-Quirúrgico Salvador Allende, en La Habana.
Situaciones de salud tan específicas como el llamado linfedema, comúnmente conocido como elefantiasis, que consiste en el aumento del volumen de una extremidad, también pueden atenderse en los servicios internacionales del INACV, los cuales incluyen estudios y tratamientos de la enfermedad. Estos pueden abarcar has-ta una serie de intervenciones quirúrgicas que conjuga un poco de cirugía funcional con algo de cirugía estética y así se logra, desde el punto de vista funcional, mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Los interesados también pueden solicitar el tratamiento para las várices, otra área en la cual sobresale la amplia experiencia de la institución mediante procederes en los que se aplican cirugías convencionales, método habitualmente utilizado a escala global.
Las llamadas enfermedades arteriales periféricas y los aneurismas son estudiados y tratados en este Centro asistencial que ha alcanzado alto reconocimiento, particularmente en los procedimientos quirúrgicos para los cuales dispone de todos los recursos tecnológicos internacionalmente aceptados para esta especialidad.
Tomado de Destino Salud